Por lo menos un domingo al mes desde que tengo memoria, he visitado esta pozoleria que se encuentra justo cruzando la calle donde vivo, tocándome ver desde filas días antes para apartar una dotación de pozole para el 15 de septiembre, hasta las ampliaciones que el lugar ha hecho para poder recibir mas comensales, y como no, si es que cada persona que conoce esta pozoleria te habla de como se ha convertido uno de sus lugares preferidos para comer pozole. Debido a la cercanía siempre he llegado a pie, por lo que nunca he necesitado el servicio de valet parking que el establecimiento ofrece. Al sentarme el mesero que me atiende nunca falla al regalarme una chalupa de tinga, claro siempre cortesía del lugar en lo que me es servido mi pozole, este es el modo en que siempre me reciben, me hacen sentir realmente bienvenido, siempre listo para probar un buen pozole verde, el cual en todos estos años nunca me ha decepcionado. Este fin se semana, al llegar mi bebida me percate que las